
Una de las principales características de la normativa española respecto a la donación de semen es que la identidad del donante es totalmente anónima. Es precisamente el anonimato una de las grandes preocupaciones de los hombres cuando acuden a las clínicas de reproducción en Madrid.
Otros países, como por ejemplo Reino Unido, permiten que los hijos nacidos con este procedimiento puedan conocer la identidad de la persona una vez sean mayores de edad, es decir, cumplan 18 años. La legislación es la misma en Suecia o Finlandia, entre otros muchos países.
En el caso de Dinamarca o Estados Unidos, ofrecen dos opciones: puede haber ocasiones en las que se soliciten donantes anónimos y en otras que desde un primer momento se requieran donantes a los que puedan solicitar su identidad en el corto o largo plazo.
En cambio, en España sólo hay una situación por la que la clínica se pondría en contacto con el donante: cuando el hijo sufra algún problema de salud de carácter grave que requiera de la realización de diferentes pruebas médicas al progenitor biológico. En este caso la clínica actúa como mediadora, de modo que el donante únicamente debe ponerse en contacto con los médicos responsables del caso. Por lo tanto, nunca perdería su anonimato ante la familia que ha recibido la donación.
Requisitos para donar semen en España
Cuando un hombre está interesado en donar semen en una de las clínicas de reproducción en Madrid como Reprofiv, el procedimiento es relativamente sencillo. Entre los requisitos que se exigen, está el de una analítica sanguínea para descartar determinadas infecciones como la hepatitis o el VIH. En función del centro, también se solicitan pruebas genéticas.
Existe la limitación desde la perspectiva legal en cuanto al número de donaciones por persona que señala que la persona donante no debe contribuir a más de seis nacimientos.
En España la Ley de Reproducción Asistida se aprobó en el año 1998. Desde entonces, la donación de semen es habitual. A pesar de que no existen cifras oficiales sobre el número de personas que realizan esta práctica, las clínicas sí reconocen que no hay escasez de donantes.