fecundación in vitro

Han pasado más de 30 años desde que viniera al mundo el 25 de julio de 1978, en Oldham (Inglaterra), Louis Brown, la primera ‘bebé probeta’. Así era como se denominaba a los niños que habían nacido mediante fecundación in vitro, una de las técnicas de reproducción asistida que, por aquel entonces, supuso una auténtica revolución. Es cierto que el procedimiento levantó mucha polémica en aquel momento. Sin embargo, hoy en día, existen muchas clínicas de fecundación in vitro en Madrid, como la nuestra, que reciben y ayudan diariamente a muchas parejas y madres solteras a hacer realidad su sueño, convirtiéndose en la alternativa más eficaz a los problemas de fertilidad que afectan a un 15% de la población mundial.

 

Han pasado más de 30 años desde que viniera al mundo el 25 de julio de 1978, en Oldham (Inglaterra), Louis Brown, la primera ‘bebé probeta’. Así era como se denominaba a los niños que habían nacido mediante fecundación in vitro, una de las técnicas de reproducción asistida que, por aquel entonces, supuso una auténtica revolución. Es cierto que el procedimiento levantó mucha polémica en aquel momento. Sin embargo, hoy en día, existen muchas clínicas de fecundación in vitro en Madrid, como la nuestra, que reciben y ayudan diariamente a muchas parejas y madres solteras a hacer realidad su sueño, convirtiéndose en la alternativa más eficaz a los problemas de fertilidad que afectan a un 15% de la población mundial.

La fecundación in vitro convencional o por inseminación se lleva a cabo en un laboratorio, donde se colocan entre 50 y 150 mil espermatozoides con los óvulos. Algunos de ellos se adherirán a la capa externa del óvulo, pero solo uno logrará la penetración. Los óvulos fecundados permanecerán en una incubadora varios días antes de su implantación en el útero de la mujer para observar su evolución, y para que los resultados sean los esperados lo que se suele hacer es transferir al útero más de un embrión, aumentando así las probabilidades de embarazo.

Uno de los factores que determina el éxito de este tipo de tratamientos es la edad de la mujer, así como la calidad de los ovocitos y de los espermatozoides, la salud del útero y la experiencia de la clínica en estos procedimientos. Lo que hemos podido comprobar en Reprofiv a lo largo de este tiempo es que se trata de una técnica tan segura como la natural, y que los niños que han nacido mediante fecundación in vitro son niños normales que han venido al mundo en perfecto estado.

Según un informe realizado por el Comité Internacional para el Monitoreo de las Técnicas de Reproducción Asistida (ICMART), en 2008, gracias a estos tratamientos, nacieron más de tres millones de bebés. En la actualidad, la cifra es mucho mayor, siendo 1 sobre 5 las probabilidades de que una pareja infértil tenga un hijo una vez se someta a la fecundación in vitro.

Los padres de Louis, satisfechos con la experiencia, lo volvieron a intentar años más tarde para abrazar a Natalie, la primera ‘bebé probeta’ que dio a luz en 1999 a un niño de manera natural.

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