La inseminación artificial es una técnica de reproducción asistida cada vez más utilizada en todo el mundo.

En este post explicaremos en profundidad la inseminación artificial, su proceso y en qué casos se recomienda.

¿Cómo es la Inseminación Artificial?

La inseminación artificial es una técnica sencilla y menos invasiva que puede ser una opción para aquellas mujeres o parejas que buscan tener hijos pero tienen dificultades para concebir de forma natural. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada caso es único y que es necesario consultar con un especialista en reproducción asistida para determinar cuál es la mejor opción para cada persona o pareja.

Proceso de Inseminación Artificial: tasa de éxito

En la inseminación mediante un ciclo natural controlado o con una estimulación hormonal muy baja intentamos que la mujer desarrolle en su ovario uno o dos folículos (cavidades donde están los ovocitos).

El desarrollo folicular se va siguiendo durante el proceso de estimulación o ciclo natural con controles ecográficos hasta que el folículo principal alcance un tamaño de madurez.

En ese momento se administra la última medicación que entre 36 y 40 horas después producirá la ovulación.

A las 36-40 horas posteriores a la última inyección con una muestra de semen capacitada inseminaremos a la paciente depositando ese semen en el interior uterino.

En esta técnica realizamos tres acciones para favorecer la gestación:

  • Controlamos el momento de ovulación
  • Capacitamos el semen y concentramos la parte mejor de la muestra, los mejores nadadores.
  • Introducimos el semen en el útero en lugar de la vagina ahorrándole un poco de camino (en lugar de dejarlo en la vagina).

Ese semen debe ir a las trompas y fecundar el ovocito formando un embrión que en unos días se implantará en el útero.

Es una técnica muy sencilla, poco agresiva y que precisa poca medicación.

La tasa de éxito es de un 20-25 %.

¿Cuándo se opta por la inseminación artificial?

La inseminación artificial se opta en general cuando existen problemas de fertilidad que impiden o dificultan la concepción de manera natural. Algunas de las razones más comunes por las que se opta por la inseminación artificial son:

  1. Falta de ovulación: Si la mujer no ovula regularmente, la inseminación artificial puede ayudar a mejorar las posibilidades de fertilización.
  2. Problemas de calidad del semen: Si el hombre tiene problemas de calidad en el semen, como una baja concentración o movilidad, la inseminación artificial puede aumentar las posibilidades de que los espermatozoides lleguen al óvulo.
  3. Endometriosis: La inseminación artificial puede ser una opción para mujeres con endometriosis que tienen dificultades para concebir de forma natural.
  4. Factor cervical: Si el cuello uterino de la mujer impide que los espermatozoides lleguen al óvulo, la inseminación artificial puede aumentar las posibilidades de fertilización.
  5. Infertilidad de origen desconocido: Cuando no se encuentra la causa exacta de la infertilidad, la inseminación artificial puede ser una opción a considerar.

La inseminación artificial se opta cuando existen problemas de fertilidad que no pueden ser resueltos de manera natural y que pueden ser mejorados con la ayuda de esta técnica de reproducción asistida.

Sus indicaciones:

  • Mujeres jóvenes con normo reserva ovárica y edad menor de 35 años
  • Semen normal
  • Trompas uterinas permeables
  • Mujeres sin tratamientos previos y con buen pronóstico como mujeres jóvenes solteras, lesbianas…

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